ENSAYO
La actitud de los adultos frente a los niños ha cambiado
mucho en el curso de la historia. Sigue cambiando hasta hoy en día y sin
embargo estos cambios han sido lentos y poco notables.
En la actualidad todo se mueve más rápido y hace que se
noten mejor los cambios.
En otros tiempos este tipo de cosas no se notaban. Las
etapas de la vida humana se identificaban. El observador solo podía descubrir
los cambios en el momento que se acumulaban porque su densidad los hacia
evidentes.
La historia del niño se vio complicada durante mucho tiempo
por una problemática nociva. “El tránsito de la familia gentilicia a la familia
nuclear”.
Se sabe que el niño romano recién nacido era posado en el
suelo. Entonces el padre para reconocerlo lo tenía que agarrar en brazos y
elevarlo del suelo. Elevación física significaba el hecho de aceptar “criarlo”.
En hechos contrarios si el padre no elevaba al niño este era
abandonado.
Este suceso era una especie de procedimiento de adopción. Se
debía interpretar como un crecimiento natural…
La vida era dada dos veces: la primera cuando salía del
vientre de la madre y la segunda cuando el padre lo “elevaba”. Este hecho hizo
que las adopciones se frecuentaran más en Roma.
Según Veyne, en realidad los lazos sanguíneos contaban mucho
menos que los vínculos electivos, y cuando un romano se sentía movido a la
función de padre prefería adoptar el hijo de otro o criar el hijo de un
esclavo, o un niño abandonado, antes que ocuparse automáticamente del hijo por
él procreado.
Los niños elevados
eran favorecidos por la elección, mientras que otros eran abandonados: se
mataban a los hijos no deseados de los esclavos, o a los niños libres no
deseados por diversas razones, no solo a los hijos de la miseria y del
adulterio.
Augusto hizo abandonar a los recién nacidos a las puertas
del palacio imperial y Veyne señala que el abandono de los niños desempeñaba
entre los romanos la función que entre otros tiene el aborto.
En la historia de la familia, del niño y de la
anticoncepción, se puede advertir una correlación entre tres factores: el
“elevalio” del niño en el momento del nacimiento; la práctica, muy difundida,
de la adopción, y la extensión del infanticidio.
La sexualidad se encuentra separada de la procreación. La
elección de un heredero es voluntaria.
En el transcurso del siglo II y III los cristianos se
apropiaron de la nueva moral. Aparece un modelo distinto de la familia y del
niño. Los esposos repiten el gesto ritual de las nupcias, la dextrarum junctio, cogiéndose de la mano
derecha.
A partir de esto el matrimonio asume una dimensión
psicológica y moral que no tenía en la Roma más antigua.
La unión de los dos cuerpos se hace sagrada, al igual que
los hijos que son el fruto de ella. Los vínculos naturales carnales y
sanguíneos son más importantes que las decisiones de la voluntad.
El matrimonio es más
importante que el concubinato, el nacimiento que la adopción.
El concubinato y la adopción recuperan una función que habían
perdido tras la transformación psicológica del siglo III.
El matrimonio era monogámico en el que el marido conservaba
el derecho de repudiar a la mujer.
La indisolubilidad se impulsó bajo el influjo de la Iglesia,
pero también probablemente gracias al consenso de la propia comunidad, sobre la
Iglesia y el Estado. La indisolubilidad
consagraba una evolución antigua, precristiana, del matrimonio. Se sustraía la
procreación a la elección y se la dejaba a la naturaleza, a una naturaleza
creada por Dios. El matrimonio se
convierte en un sacramento aunque siga siendo un hecho de la vida privada. La
procreación ya no está separada de la sexualidad como en tiempos de los
antiguos romanos. El coito se había
convertido en acto de placer, pero también de fecundación.
El día de la boda, el sequito acompañaba a los esposos hasta
la cama. La bendición del lecho fue seguramente la primera intervención del
sacerdote en la ceremonia nupcial.
El hijo se convierte en un producto indispensable, en cuanto
que es insustituible. El poder de un individuo ya no depende de su rango, del
cargo que ocupa, sino del número y de la lealtad de su clientela, la cual se confunde con la familia, y de las alianzas que
se puedan establecer con otras redes de clientelas.
Estos vínculos personales se sancionan con un simbolismo
fastuoso que hace presa en los anónimos. La fidelidad más segura es la de la
sangre, la del nacimiento.
Para los varones: el primogénito garantiza la continuidad
del apellido.
Para las hembras: constituye una importante moneda de
intercambio en las estrategias para extender y reforzar las alianzas. Los lazos
sanguíneos adquieren un valor extraordinario.
La revalorización de la fecundidad: una familia numerosa era
una familia poderosa. A medida que se revalorizaba la fecundidad se recurría
cada vez menos a la adopción. Esto es significativo en la sociedad medieval y
la sociedad moderna ya que se han visto agobiadas por la obsesión de la
impotencia y de la esterilidad.
Revalorización (ambigua) del niño: el infanticidio se
convirtió en delito y está prohibido abandonar a los recién nacidos, los cuales
ya están tutelados por la ley
(La de la Iglesia y la del Estado). Los infanticidios y los
abortos ya son condenados y perseguidos judicialmente.
El destino para los niños deformes o inválidos, y también
quizás para los no deseados era morir con métodos como quemarlos enrollados en
sabanas sin poder moverse. Si bien la fecundidad es bienvenida y venerada, no
todo nacimiento es un gran acontecimiento. La iglesia debía intervenir para
obligar a los padres a hacer que bautizaran a los recién nacidos.
En el siglo XVII, XVIII la condena del infanticidio ya era
considerado como delito. También para las clases bajas se tomaron medidas como el hecho de reducir
nacimientos para no matarlos de hambre y tener una vida equilibrada.
Para el mundo griego y romano un niño desnudo: los efebos
era algo sagrado y hermoso. La evolución del conocimiento del niño y su papel
en la sociedad fue un hecho que hasta hoy en día sigue siendo inesperado e
impredecible.
La sensibilidad hacia la infancia en Roma no puede separarse
del modo en que se valora al matrimonio. Se llega entonces al concepto de que
la sensibilidad hacia la infancia, sus particularidades, su importancia y los
efectos en el pensamiento de los adultos está ligada a una teoría de la
educación y al desarrollo de estructuras
educativas.
Parece que el hombre a principios de la Edad Media solo
viese en el niño un hombre pequeño o mejor dicho, a un hombre aun pequeño que
pronto se haría un hombre completo.
La infancia se confunde con la juventud: no la de la
adolescencia sino la de los hombres jóvenes y fuertes. El único lugar en el que
el niño ha conservado en parte su peculiaridad
es el monasterio.
Al monasterio se le confiaban niños de tierna edad para que
los educaran. Como se ve no se recorren todas las etapas de la infancia cuando
el aprendizaje ha sustituido a la escuela o viceversa.
La infancia ha permanecido en la sombra durante siglos y
siglos. Ha evolucionado esto desde su
forma de aplicarse como su forma de desarrollarse en la sociedad y también se
ha tenido que enfrentar a diferentes puntos de vista a favor y en contra que
hicieron lo que hasta hoy se conoce como infancia desde el punto de vista
psicológico, social, económico y emocional.
Escuela y
construcción de la infancia.
La infancia como
problema
El propósito de esto es elaborar un marco en el cual la
pedagogía construye la infancia y la configura en categorías. Se tiene que
describir en primer lugar los principales aportes en la investigación de la
infancia desde el aspecto histórico y filosófico.
Se ofrecen afirmaciones en dos series dentro del libro
Ariés. La primera tiene el fin de demostrar que por contraste con nuestros
actuales sentimientos respecto a la infancia, es posible definir una etapa
anterior en la que esos sentimientos no existían en la cultura occidental. El
sentimiento que actualmente muestra el occidente hacia la infancia no parecía
tener lugar. Los niños no eran ni queridos ni odiados. Habría que decir que los niños eran simplemente inevitables.
Compartían con los adultos las actividades lúdicas, educacionales y
productivas. Los niños no se diferenciaban de los adultos ni por la ropa que
portaban ni por los trabajos que efectuaban ni por las cosas que decían o
callaban. La segunda serie de afirmaciones contribuyen a describir la
transición de la antigua a la nueva concepción de infancia. También destacan
dos sentimientos de infancia. El primero es el “mignotage”, por medio del cual
se reconoce una cierta especificad del niño que se hace evidente en algunas
nuevas actitudes femeninas: la de las madres…
Esto expresa la dependencia del niño al adulto y la
necesidad de protección por parte de este. Se complementa con una concepción
del niño como ser moralmente heterónomo y el surgimiento del moderno
sentimiento de amor maternal.
El segundo sentimiento es el nuevo interés generado por la
infancia como objeto de estudio y normalización. También el proceso de
escolarización es el escenario observable para esta cuestión.
Se da una posición que reivindica la antigua niñez y remarca
el carácter normativizado y disciplinante que la protección adulta infringe
sobre la infancia.
Los nuevos tiempos han aumentado la comprensión de la niñez
y por consecuencia la posibilidad de su desarrollo en un ambiente de mayor
respeto y felicidad.
Gélis destaca el concepto de individualización de la
infancia: un proceso de etapas, un proceso de recorte de la figura del niño a
través de sus características principales: heteronomía, necesidad de
protección, necesidad de un desarrollo especifico que lo convierte en adulto.
La conformación de la infancia moderna es un proceso lento y complejo en el que
conviven características desarrolladas en magnitud desigual. La escolaridad de
la infancia acompaña al proceso paralelo de infantilización de una parte de la
sociedad.
La pedagogización de
la infancia: del niño al alumno
Es el proceso de infantilización de una parte de la
sociedad, es el proceso mediante el cual la sociedad comienza a amar, proteger
y considerar como agentes heterónomos a los niños, la institución escolar juega
un papel central: escolarización e infantilización parecen, dos fenómenos
paralelos y complementarios.
La pedagogía se ubica como producción discursiva destinada a
normar y explicar la circulación de saberes en las instituciones escolares y
precisará constituirse como el relato que conectara, a través de la escuela, a
una infancia deseada. -A veces una “infancia normal” en una sociedad deseada.
La institución escolar es el dispositivo que la modernidad
construye para encerrar a la niñez. La
infancia representa el punto de partida y el punto de llegada de la pedagogía. Ella
representa la justificación de la pedagogía en tanto disciplina humana pero
también constituye el campo de lo real que al discurso pedagógico le pertenece
y en el que debe actuar educando, disciplinando, instruyendo, desarrollando.
La infancia genera un campo de conocimientos que la
pedagogía construye pero, a la vez, es un cuerpo –el cuerpo infantil-
depositario del accionar especifico de la pedagogía.
La infancia es la clave de la existencia de la pedagogía en
tanto discurso, pero también es imposible comprender el proceso de construcción
de una infancia moderna si no se tiene en cuenta al discurso pedagógico
proponiendo un análisis capaz de dotar de ciertos sentidos los enunciados sobre
la infancia.
La pedagogía y la psicología educacional segregan el
concepto de infancia para reintegrarlo en el ámbito de las instituciones
escolares: en el seno de esta reinserción persisten las caract. Centrales de la
infancia (heteronomía, necesidad de protección, etc...)
Los discursos psico-educativos han tenido que describir las
características del niño como esenciales para la comprensión del alumno.
La explicación de la lógica de los procesos de
enseñanza-aprendizaje y de los comportamientos de los sujetos implicados en
ella se desplaza gradualmente de las características de los individuos, o de
rasgos típicos de las poblaciones, a las características de la “cultura
institucional” o, incluso a la inclusión de “factores sociales” incidentes
sobre el desempeño del niño en la escuela.
¿Existe la infancia?
La infancia es una construcción de la modernidad definida
por la atribución de ciertas características a un conjunto particular de la
población, características para diferentes instituciones y ciertos discursos
normativos.
La escuela moderna es la escuela de la infancia
pedagogizada, de la infancia sometida a una analítica propuesta por la
pedagogía y la psicología educacional.
Se trata de una crisis del modelo de dependencia y
heteronomía expresado tanto en el plano del discurso como en el de la
resistencia a las formas de individuación instituidas
“La máscara del
adulto se llama experiencia”
La concepción moderna
del desarrollo y su repercusión en las aulas
Sujetos y aprendizaje
La escuela es percibida como el espacio natural para que
esta apropiación se produzca. Si no se muestra disposición de aprobación en los
modos y tiempos se puede sospechar de su naturaleza. La noción de retraso es
inexplicable. Pero se tiene una sospecha de que es por problemas en el proceso
de desarrollo.
Dice Burman (1994) que la psicología evolutiva va de la mano
con el mismo proceso de escolarización moderno dando como respuesta una serie
de descripciones normativas o prescripciones naturalizadas. La escuela será
diseñada como un espacio que debería armonizar este desarrollo naturalizado.
Podría pensarse el hecho como un proceso de cambio con una
evaluación de lo recorrido.
Para nosotros los educadores hay una evaluación de procesos
de aprendizaje que a mi punto de vista nos hace más capaces por ir anotando
nuestras metas o logros escolares prescriptos.
La concepción moderna
del desarrollo y su repercusión en las aulas
Se propone a describir y poner en discusión las
representaciones sobre el desarrollo que ordenaron buena parte de las prácticas
modernas de crianza y educación de los niños.
El desarrollo se cree como un proceso de curso único,
ordenado teológico y de ritmos homogéneos. Quedan significadas como diferencias
de grado de desarrollo o como desvíos de su curso normal.
Las prácticas escolares, pediátricas y de crianza en la
modernidad son acreedoras a producir un desarrollo homogéneo en dirección y
tiempos, sancionado como anormalidades los desvíos o retrasos, definiendo, por
ejemplo, los desempeños, grados y modos de educabilidad.
La educación se confunde del desarrollo deseable, con el
desarrollo normal o natural.
Las prácticas educativas no pueden plantearse como prácticas
técnicas, neutrales estimulantes de un desarrollo natural sino como prácticas
decididamente políticas.
Se sugiere analizar las consecuencias de este vínculo para
nuestras miradas sobre el sujeto que aprende y para las prácticas escolares.
¿Por qué estudiamos el desarrollo del niño?
El conocimiento de los
maestros sobre el desarrollo del niño
Los profesores tienen diversos puntos de vista sobre el
desarrollo del niño. Pero ¿porque pasa esto? En una opinión general, los niños
obran de cierta manera porque no han sido educados ni socializados.
Otras personas dicen que esas características se obtienen
sin entrenamiento, son innatas.
Las ideas o puntos de vista varían mucho dependiendo de la
cultura o del tipo de sociedad al que se le presenten.
También esto ha ido evolucionando porque, por ejemplo, en el
siglo XX en Norteamérica a los niños se les consideraba como adultos en
miniatura.
El conocimiento intuitivo de los maestros sobre el
desarrollo del niño puede influir en su forma de enseñar. Los que piensan que
las diferencias conductuales son innatas tal vez no traten de resolver los
problemas de aprendizaje de sus alumnos.
En la madurez escolar hay una gran importancia y desde las
prácticas docentes los profesores forman
ideas erradas del desarrollo del niño.
La madurez escolar es un gran paso para un buen desarrollo
dentro de una institución y para tener un mejor desenvolvimiento social o
también para enfrentarse a problemas de cualquier tipo.
La escuela como
contexto del desarrollo
La escuela representa uno de los contextos de mayor
influencia en el desarrollo del niño.
El hecho de que los niños y los adolescentes pasen tanto
tiempo en la escuela hace de este contexto un factor eficaz del desarrollo. No
es fácil evaluar los efectos de las escuelas. Desde que se creó la escuela no
ha habido consenso respecto a su propósito y su función en la vida del niño.
Hasta hoy en mi opinión no se ha definido bien el propósito
de la escuela en la vida de las personas. Porque claro que esto conlleva una
responsabilidad enrome tanto emocional como social y económica, osea en todos
los ámbitos que se presenten.
La controversia se ha concentrado en si la escuela debería
impartir habilidades intelectuales básicas u ofrecer una formación más global
para la vida que abarque el desarrollo intelectual y emocional. El ambiente
escolar cambia según el hincapié que se haga en una serie de metas.
Historia de la niñez
El descubrimiento de
la niñez
Como lo vimos, antes a un niño se le ponía hacer cosas de
adultos así como la de trabajar. Antes a los niños también eran clasificados
según su clase social o el origen étnico porque hasta eso no les ponían hacer
las mismas cosas que a los demás.
Siempre ha habido diferencias en cuanto a lo social como a
lo económico y este tipo de diferencias eran muy marcadas anteriormente. Hoy en
día sigue pasando pero ya no tanto.
Conforme a las ideas y a las leyes los niños iban creciendo
pero sin muchas diferencias dentro del entorno.
A través del tiempo han cambiado las ideas de la sociedad
sobre la naturaleza de los niños y la forma en que deben de ser tratados. La
definición de niñez varía mucho según las sociedades y hoy, en muchas
sociedades no industrializadas, existe poca o nula distinción entre la pubertad
y la adultez.
Estado actual de los
niños
Tendencias
demográficas
Ha venido decayendo la situación económica de las familias
año con año y quizás el aumento de la pobreza de los niños es el cambio mas
drástico que hemos observado en los últimos años.
Ahora hay familias pobres con niños menores de 18 años que
en cualquier otro año. Estudios revelaron que una cuarta parte de los lactantes
y de los niños que empiezan a caminar viven en la pobreza.
La mayoría de los niños de estas familias viven con su madre
o con parientes de sexo femenino. Los índices de pobreza suelen ser más altos
entre las familias encabezadas por una mujer.
Además de los cambios del nivel socioeconómico y de la
estructura familiar, empezamos a observar cambios notables en la composición
étnica y racial de los jóvenes.
Los niños hispanos y afroamericanos representaran una
porción mayor de la población en edad escolar que en el momento actual.
Efectos de los cambios
demográficos en la escuela
Una porción grande de personas en todo el mundo vive en la
pobreza. Esto afecta a un buen desarrollo, porque estas personas no tienen la
posibilidad de ir a la escuela o por ignorancia no lo hacen.
Los niños de grupos minoritarios tienden mucho más a vivir
en familias encabezadas por una mujer. Esto no hace peor el caso pero por ideas
pasadas todavía hay sucesiones tontas que acarrean más problemas.
Por la ubicación si acaso es probable que tengas problemas
para tener la oportunidad de ir a la escuela porque tienes que enfrentarte a
las normas que hay en ese lugar o a las ideas diferentes de las demás personas.





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